Hace tanto tiempo que no recuerdo cuándo fue... hoy me vuelvo a reencontrar con el papel y el lápiz o más bien con las letras y la pantalla... pero mirar por el retrovisor y observar mi ciudad natal, me hizo reconciliarme con las palabras...
Vivo en la ciudad de los locos, sí, de los locos con todo el sentido de la palabra!
La ciudad del cielo colorido y las calles monocromáticas... Caracas, capital de mis recuerdos, de mis risas y mis lágrimas... te alimentas de la bocina de autos y la brisa del metro, del grito del vendedor callejero y la majestuosidad del Avila... eres una mezcla de fachadas grandiosas del más fabuloso mármol escondido detrás de graffitis sin formas y palabras necias...
Caracas, no sé qué sentir por tí... muy bien lo describe Leonardo Padrón, eres un mosaico de otros lugares, de grises coloridos, de aventuras silenciosas, de desafíos sin buscar...fácil podrías convertirte en la letra de una canción de Arjona.
Y sigo recorriéndote, descubriendo cosas nuevas, miradas distintas a la de mis recuerdos, palabras grotescas sin sentido y sin razón, colores teñidos de inmoralidad y violencia. Siento como si te hubieran cambiado.. como si te hubieras dado por vencida... te busco pero me cuesta reconocerte, desapareciste de la amabilidad del metro o la sonrisa detrás del mostrador... Por qué permitiste que invadieran tu alma?? A veces pareces la mujer que tarda infinitamente en decidir la ropa que debe lucir, eres mejor que eso... te recuerdo alegre, con muchas luces de fiesta, con la amabilidad por tarjeta de presentación y el corazón repleto de música.
Levanto la mirada y aún te custodia el Avila, bella, majestuosa, dignamente de pie a pesar de los maltratos... el orgullo de mis recuerdos...
Caracas, no sé qué sentir por tí... no sé si quererte o extrañarte...