No me atrevía a escribir por muchas cosas en mi mente... No tenía
palabras para la tristeza y la frustración ante tanta injusticia y abuso… De
eso ya hace un año…
Los vi gritar, correr, agacharse, con la cara cubierta entre tanto
gas del bueno, cantando entre rabia e impotencia el Abajo Cadenas que tanto
significado cobra en la actualidad, jóvenes armados de sentido de justicia y
manos blancas… De eso ya hace un año…
Escuché gritos a la distancia, vi a los míos caer entre la
indiferencia y el poder que creen tener las bestias de verde. La valentía no se
mide con el calibre de un arma sino con la fuerza de los ideales. El primero
que cayó en una esquina, tenía solo 23 años y un sueño llamado fútbol. De eso
ya hace un año…
Encarcelaron las voces y limitaron los medios, pues al igual que
el diablo, nunca un tirano ha soportado cuando la verdad le explota en la cara.
El ave azul fue uno de los aliados que informó al mundo lo que en mucho tiempo
trató de ocultar el difunto Comandante… De eso ya hace un año…
Las calles se pintaron de sangre, las manos de los que deberían
defenderla fueron los ejecutores. El miedo se apareció vestido de rojo sobre
dos ruedas de ignorancia. El olor a tiranos se expandió más allá de las
fronteras… De eso ya hace un año…
Fueron muchos los caídos, fueron muchos los torturados, fueron
muchas las injusticias que tiene en la conciencia el inútil de bigote. Su
cobardía se tradujo en más represión, en más balas, en más presos... De eso ya
hace un año…
Viví cada instante, lloré cada muerte, padecí cada golpe, vi el
tricolor sangrar de injusticia… De eso ya hace un año…
Aún lo vivo, aún lo lloro, aún lo padezco, pues uno está lejos
pero no ausente cuando te llevas al país en las venas…
Foto: Jorge Silva