lunes, 16 de diciembre de 2024

Mi blog ya tiene rostro...

No son cien años, pero si van muchos desde que lo leí por primera vez y me enamoró. Me enamoré de la soledad que llevaba dentro cada miembro de la familia Buendía, me enamoré de la intensidad y la ingenuidad de José Arcadio por lograr cada proyecto en su laboratorio de alquimia, me enamoré de la persistencia de Úrsula y de sus animalitos de caramelo, pero principalmente me enamoré de Macondo, un pueblo construido a orillas del río, más allá de la ciénaga que desde su fundación, su creciemiento y hasta su decadencia, es un lugar mágico donde cualquier cosa puede pasar...

Hoy, terminé de ver la primera parte de la nueva serie de Netflix en honor al libro que hizo al Gabo acreedor del Premio Nobel de Literatura. Sus colores, la producción, la fotografía, el casting, el vestuario... lo amé.

Es tonto comparar el libro con una versión audiovisual, la imaginación es infinita y no tiene límites de presupuesto... pero esta producción de Cien Años de Soledad le ha puesto rostro a los personajes con los que conviví en mis horas de lectura. 

Ver a José Arcadio Buendía amarrado al castaño fue un experiencia uffff ¡me explotó la cabeza!. Ver su tristeza por la muerte de Melquiades, el miedo de Úrsula por tener hijos con cola de cerdo, los ojos inexpresivos del coronel Aureliano, la belleza e inocencia de Remedios, es que hasta la cándida Eréndira y su abuela desalmada fueron por muy poca diferencia como las imaginé...

Puedo verla una y otra vez así como he leído el libro tantas veces que he perdido la cuenta...

Solo me queda esperar a ver cómo será Mauricio Babilonia rodeado de sus mariposas amarillas...


fotos: Netflix

martes, 18 de septiembre de 2018

El otro equipo tenía más goles, pero... ¿realmente ganaron?

He pasado los últimos años entre uniformes y balones. He visto a mi muchacho cambiar de color, de canilleras, de bolso y de bandera. Hace rato que dejó las tallas de niño para usar camisas casi de adulto y ya hasta perdí la cuenta de la cantidad de tacos que he comprado porque le quedan apretados ¡cada 4 meses!.

No recuerdo específicamente cada juego, ni los nombres de otros equipos, tampoco tengo la cuenta de la cantidad de goles. Muchas de mis memorias como mamá futbolera reposan en el disco duro de mi computadora y en el album de mi teléfono. 
Pero seguramente una de las cosas que perdurará en mis recuerdos (al menos por algún tiempo si el alemán no me ataca) es uno de los juegos de mi hijo de este fin de semana.
El juego comenzó normal, como cualquier otro, con saludo de los equipos, presentación de los árbitros y todo lo demás. El cambio empezó al cabo de un rato cuando algunos padres empezaron a gritar para que sus hijos le dieran "más rápido, más fuerte, más vivo" como si se tratara de la copa mundial o de la vida misma, sin importar a quién se llevan por medio... Comenzaron las jugadas rudas, los codazos, los empujones, y lo más triste es que sus padres los animaban para que fueran más rudos, como hombres... ¿Cuándo olvidamos que todo esto empezó porque un pequeñín sólo quería divertirse?

Supongo que la actuación del árbitro influyó en que el juego estuviera plagado de frustración, de peleas, de penales injustos, pero especialmente de golpes (no cantados en su mayoría) donde tres de los nuestros salieron de la cancha, dos por contusión en la cabeza y el otro porque tiene algo en su rodilla.
Creo que es la primera vez que no presté atención al juego, sólo quería que terminara pronto para que no salieran más lastimados. Sólo son niños dando su mejor esfuerzo por ganar, pero sobre todo por jugar, por disfrutar y allí, ese día, nada fue divertido.
Los ánimos empezaron a caldearse detrás de las líneas de la cancha y los padres hasta golpes se ofrecieron unos a otros. Se gritaron, se ofendieron y pretenden que los niños no "se porten mal".
¿Qué es lo que le enseñamos a los que se suponen son el futuro?
Mi hijo me dijo que los niños de ese equipo son geniales, muy chévere, sólo que se dejan llevar por la adrenalina y si nadie les dice nada pues ellos van a seguir adelante por ganar. Pero yo me pregunto, si nosotros como padres no les enseñamos que la vida, como el juego de fútbol, es un trabajo en equipo que debe ser limpio, leal, con valores. Que en las caídas hay que levantarse y seguir corriendo para llegar a la meta. ¿En qué se convertirán?.

Al terminar el juego, una señora gritaba "losers" desde el estacionamiento, yo me limité a verla... era el reflejo de una persona que se atreve a gritar perdedores a otros cuando con su actitud demuestra que ella lo es desde hace tiempo. Me subí a mi carro con el sabor amargo de que estamos perdiendo a nuestros niños, no sólo por la tecnología que los aisla, sino por nosotros mismos que no les damos las herramientas de ser buenos hombres.

Sí, el otro equipo tenía más goles, pero... ¿realmente ganaron?. 




lunes, 27 de febrero de 2017

Mosca que va en bajada!!

Hay muchos comentarios sobre Adrián, un chico que se ha dado a conocer por el ridículo hecho en el Mundial de Esquí Nórdico llevado a cabo en Finlandia: que si es valiente por levantarse, que si pasó muchos problemas en Francia, que hay que tener personalidad para sonreír aún en las derrotas, que todos los grandes atletas alguna vez cayeron, que lo importante era llegar al final...

Soy de las que piensa que no se trata sólo de levantarse, se trata de trabajo duro, de horas de práctica, de preparación física y mental, de superarse a uno mismo en cada entrenamiento... ¿Acaso fue Phelps a las Olimpiadas sin saber nadar? o tal vez Schumacher llegó a la F1 practicando con Play Station?


Leí en algún tweet que los venezolanos deberían sentirse orgullosos de que Adrian Solano no se dio por vencido, que en cada caída se levantó y llegó a la meta, de último, pero llegó...
ORGULLOSA???
Orgullosa me hace sentir los tiros libres de Juan Arango, los guantes de oro de Omar Visquel, los records de Carlos Coste, las salidas del parque de Miguel Cabrera, la medalla olímpica de Yulimar Rojas, los rebotes de Greivis Vásquez, los golazos de Deyna Castellanos, los maratones de Maickel Melamed. Orgullosa me siento de Galarraga, deVidal, de Rincón y Rondón, de Abreu y Scutaro, de Limardo, de Cecotto padre e hijo, de Sandoval, de Amorebieta... orgullosa de mi hijo que como ellos trabaja día a día, que entrena, que se prepara...

No dudo que ese inicio de atleta tenga sueños, que tenga potencial, ganas, talento... pero antes de asistir a una competencia de esa envergadura hay que prepararse, y prepararse bien!
Su presentación fue  una grosería hacia el mundial de esquí, hacia el espectador, hacia los amantes del esquí, hasta con la nieve!. Una burla hacia los que somos venezolanos, hacia los que atletas que si trabajan duro con disciplina y responsabilidad.
Adrian? pues Adrian es solo un muchacho producto de un ineficiente gobierno que no fue capaz ni de garantizarle el orden en sus credenciales para salir, un digno representante del socialismo del siglo XXI sin preparación, sin esfuerzo, sin disciplina, sin responsabilidad, sin trabajo.

Hasta cuándo vamos a acumular tanta vergüenza?

lunes, 23 de mayo de 2016

No está en camino... Ya da algunos pasos...

Salt Lake City, Mayo 2016

Estimados Estudiantes de Caracas:

Estuvimos con ustedes en esos tiempos de entrenamientos en los campos de la Universidad Metropolitana, y digo estuvimos porque las mamás entrenamos en el mismo equipo. Nos calamos el sol en las tardes de prácticas, celebramos más que nadie los goles a favor, lloramos por cada decisión injusta del árbitro, esperamos con nervios detrás de las líneas de cal a que el tiro libre entre en la portería y nos duele (muuuucho) cada falta sobre el cuerpo de nuestros muchachos...

Ustedes dieron a mi hijo su primer número de camiseta. Un 16 que lo hizo llorar porque no era el de Arango o el de Cristiano, porque no le pertenecía a nadie y hoy le pertenece a Él! Ese 16 que lleva con orgullo aún cuando tiene otra bandera. Y como dice su comercial, ¡Lo mejor está en camino!... pero este ex-EstudiantesCSC, este pequeñín que volvía loco a los entrenadores por travieso y hablador,  ya da algunos pasos...

Gracias porque abrieron sus puertas a un niñito con mucha energía y una ilusión llamada fútbol.
Gracias porque le enseñaron con algo tan sencillo como cambiarse los tacos si va a salir de la cancha, que la disciplina es la clave para superarse a cada instante.
Gracias porque aprendió que para ganar se requiere trabajar en equipo y hoy, desde la distancia, él y yo somos un gran equipo!

Gracias por acompañarnos en cada juego!


viernes, 4 de septiembre de 2015

Y el mar lo llevó a la orilla...

Su carita miraba en dirección al horizonte que se llevó su vida, estaba inmóvil frente al lente y silencioso ante el cuaderno que escudriñaba notas. El mar en su acostumbrada rutina lo sacó de sus entrañas y lo llevó hasta la orilla.

Aylan tenía solo 3 años. No hace falta conocerlo para que toque el alma, no hace falta haber compartido su nacimiento para llorarlo, no hace falta haberlo escuchado para pensarlo. Sucedió a muchas millas, pero no es un tema lejano. Aylan no era sólo de Siria, también  es de Gaza, de Yemen, de Afganistán, de la India, de Venezuela y de Colombia. Es de todos los países que te obligan a partir, es de todos los países que ahogan el futuro por sus conflictos, por sus guerras reales e imaginarias, por la absurda conquista del suelo pretendiendo el cielo, por el ego y la brutalidad.

Aylan, como muchos niños, no tuvo elección. No es su culpa salir corriendo, no es su culpa los conflictos armados, no es su culpa la soberbia, no es su culpa el naufragio, no es su culpa el Miedo... sin embargo pagó por ello.

Una noticia como esta duele. Cuando se es madre, duele. Cuando se es humano, duele.
Es demasiado... Es demasiado
de todo y demasiado de nada.

martes, 17 de marzo de 2015

Me queda tu sonrisa...

Todavía escucho tus palabras cuando me despedí de esa llamada de teléfono, era una como tantas otras, con risas, con chistes, con un Cómo estás? sin terceras intenciones... Quedamos en hablarnos a la siguiente semana, como todas las semanas... Un ritual sin ánimo de serlo, de un hábito que traíamos desde el día de mi cumpleaños ese último año...

Te conocí por causalidad, sí causalidad, no creo en las casualidades... Nos distanciaban apenas diez años, pero eras tan como yo que no existía la edad. Desde el primer momento supe que eras parte de mi vida, que te conocía desde antes de nacer... había una especie de camaradería que no conseguía explicar. Recuerdo tu cara en los pasillos de aquella oficina, esa oficina que significaba un parque de diversiones para mi intelecto, tu mirada me resultaba tan familiar!.. 

A veces, cuando se mira la vida en retrospectiva cobra tanto sentido!!... Me llevó solo unos meses darme cuenta que eras de los míos, que pertenecías a mi equipo, que esa conexión era tan real como la sangre que nos une... No importa si no nos lo dijeron antes, si lo confirmaron después o si a alguien se le olvidó mencionarlo, ya en nuestros corazones sabíamos que éramos siete... y Tú y Yo las más pequeñas.

Supongo que en algunos momentos hubo una especie de celos por parte de mis hermanas mayores, te acuerdas que te dije que las amaba demasiado pero que eran más como mis mamás? reíste tanto ese día!.. "es lo malo de ser la más chiquita, eres como la muñequita y todos te quieren cuidar"... Eras mi confidente, la casa donde me iba a refugiar, la sonrisa de la tranquilidad... sin juicios, sin preguntas, solo la mano que me secaba las lágrimas y me devolvía a la tierra.

Fueron sólo diez años a tu lado, pero fuiste tantas cosas... Los suspiros por Luís Enrique, el cafecito de las madrugadas, la consentidera de los plátanos dulces, el masaje de los pies al llegar de la excursión al Avila, en inexplicable lunar del brazo, los largos viajes en metro, el agua fría por la ventana del baño,  las largas horas haciéndome escuchar BSB con la negrita...  en tus momentos más oscuros iluminaste los míos ... La verdad fueron muchas, muchas cosas, muchas risas, muchas palabras, muchas horas en ese hospital esperando volver a verte reír...  me da miedo olvidar algo de tanto, me niego a olvidarte... No sé a donde fueron a parar las cosas que me recuerdan a tí, sólo me queda tu sonrisa.

No se si te amé más o si te amé menos, supongo que el amor no tiene una escala para medirse, te extraño porque ya no te puedo ver, te extraño porque significaste mucho, te extraño porque eres mi hermana... 
... Y así tal cual como el aviador al Principito, desde ese mes de marzo cada vez que miro al cielo y en vez de estrellas, me hubieses dado una multitud de cascabelitos que saben reir... eso eres Tú... mi  Nardicita.


viernes, 13 de febrero de 2015

De eso ya hace un año...

No me atrevía a escribir por muchas cosas en mi mente... No tenía palabras para la tristeza y la frustración ante tanta injusticia y abuso… De eso ya hace un año…

Los vi gritar, correr, agacharse, con la cara cubierta entre tanto gas del bueno, cantando entre rabia e impotencia el Abajo Cadenas que tanto significado cobra en la actualidad, jóvenes armados de sentido de justicia y manos blancas… De eso ya hace un año…

Escuché gritos a la distancia, vi a los míos caer entre la indiferencia y el poder que creen tener las bestias de verde. La valentía no se mide con el calibre de un arma sino con la fuerza de los ideales. El primero que cayó en una esquina, tenía solo 23 años y un sueño llamado fútbol. De eso ya hace un año…

Encarcelaron las voces y limitaron los medios, pues al igual que el diablo, nunca un tirano ha soportado cuando la verdad le explota en la cara. El ave azul fue uno de los aliados que informó al mundo lo que en mucho tiempo trató de ocultar el difunto Comandante… De eso ya hace un año…

Las calles se pintaron de sangre, las manos de los que deberían defenderla fueron los ejecutores. El miedo se apareció vestido de rojo sobre dos ruedas de ignorancia. El olor a tiranos se expandió más allá de las fronteras…  De eso ya hace un año…

Fueron muchos los caídos, fueron muchos los torturados, fueron muchas las injusticias que tiene en la conciencia el inútil de bigote. Su cobardía se tradujo en más represión, en más balas, en más presos... De eso ya hace un año…

Viví cada instante, lloré cada muerte, padecí cada golpe, vi el tricolor sangrar de injusticia… De eso ya hace un año…


Aún lo vivo, aún lo lloro, aún lo padezco, pues uno está lejos pero no ausente cuando te llevas al país en las venas…

Foto: Jorge Silva